"LA VENTA DEL PARAÍSO": DIVERTIDO HÍBRIDO
CON UN SUBTEXTO MUY REFLEXIVO
Tras debutar en Francia, este viernes se estrena en nuestro país "La venta del paraíso", una comedia surrealista y subversiva de Emilio Ruiz Barrachina. Ana Claudia Talancón, William Miller, Carlos Iglesias, Juanjo Puigcorbé y María Garralón dan vida a los protagonistas de esta adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita por el director en 2006. Un híbrido divertido con un objetivo reflexivo.
Emilio Ruiz Barrachina dirige "La venta del paraíso", la adaptación cinematográfica de la novela homónima que publicó en 2006. Con ciertas modificaciones, el film es sin duda un mensaje reivindicativo y reflexivo en clave de comedia, fresca, diferente y atrevida que está estructurada en torno a múltiples elementos. Sin abandonar una narración poética, los decorados y el vestuario hacen de la fotografía un aspecto merecedor de destacar.
Esta divertida película habla de la crisis que nos afecta, de la falta de oportunidades, de las ilusiones rotas, con un toque de humor ácido y un tanto subversivo, llamando a revelarse y a aferrarse a la esperanza. Estrenada en Francia hace unos días, "La venta del paraíso" está protagonizada por un destacable reparto encabezado por la actriz mexicana Ana Claudia Talancón, a la que acompañan los españoles William Miller, Carlos Iglesias, Juanjo Puigcorbé y María Garralón. A ellos se suman diferentes cameos, entre los que destaca la última aparición cinematográfica de la recientemente fallecida Mariví Bilbao.
Una historia muy coral desarrollada en un Madrid invernal, escenario de muchas llegadas que, como Ana María, creen que llegan a un Paraíso de nuevas oportunidades. Sin duda un potente testimonio fílmico de las personas que emigran llevando consigo sentimientos de confianza y de esperanza, que animan y confortan en la búsqueda de mejores oportunidades de vida. Sin embargo, un muro de obstáculos y dificultades, de políticas y actitudes, terminará por derrotar sus ilusiones y hacerles anhelar su regreso a sus países de origen.
Inspirados por el espíritu hospitalario de doña Pura, los particulares personajes instalados en su pensión, tienen un potente vínculo de solidaridad y ayuda mutua que debería ser la esencia de las relaciones humanas. Desarrollado todo en un plano que no parece seguir los cánones de la actualidad, llega Aura María, una joven mexicana con un oculto y conflictivo pasado, con unos objetivos que empezarán a desmoronarse antes de partir del aeropuerto mejicano. El supuesto edén que se imaginaba descubrir al llegar a España, será el edén en el que el buscavidas consiguelodo "Paisa" la acaba llevando. Ese lugar es la pensión de Doña Pura, un lugar para vivos y muertos. Una especie de Cohorte de los Milagros hecha a medida de los sueños de la protagonista en el que convivirá con Oswaldo, un director de orquesta, Olivetti, un travestido traductor de latín y griego o Andrés, un joven proveniente de otra época.
Una familia de desarrapados entre los que se encuentran homenajes explícitos a Berlanga, Miura e inclusive a Valle Inclán, los grandes maestros del siglo XIX. Aparentemente una historia conocida cuyo giro argumental con la aparición de Paisa guiará al espectador a un viaje al interior que enfrenta dos mundos (marginal y barroco) y dos realidades (una plana y otra más complicada atribuida al mundo interior de los personajes).
Un reparto excepcional que da vida a unos personajes que parecen imposibles pero que en contra sí que existen. Perfecta interpretación de la desconocida actriz protagonista de la cinta, la cual realiza un papel muy contenido y con absoluta profesionalidad. Excelente también María Carralón, y bestial William Miller, que esta ocasión nos hace creer que es argentino y que es un director musical con una mente prodigiosa. Es el dúo Carlos Iglesias y Juanjo Puigcorbé quienes creo que más pueden hacer sonreír al espectador, y es que, además, están soberbios.
La película, que se estrena este viernes 19 de abril, contiene un guión muy literario, muy poético, del cuál se podrían destacar numerables y lapidarias citas que alaban más el magnífico trabajo de Barrachina. Es la Obertura 1812 de Tchaickovsky en torno a la que está construido el guión de "La venta del paraíso". Una pieza que mezclas músicas populares y que articula perfectamente con la idea de esta película resulta un aparente rompecabezas. Un híbrido muy divertido con un subtexto reflexivo. Algunas salas de la capital se han negado a programarla por "Incitar a la revolución"... una auténtica tontería.
Publicado en Cover Set